El consumo sostenible es una práctica que busca satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas. Esto implica adoptar hábitos responsables en la adquisición, uso y disposición de productos y servicios, priorizando el cuidado del medio ambiente, el bienestar social y el desarrollo económico equitativo.

Según la Organización de Naciones Unidas, el consumo sostenible se define como la utilización de bienes y servicios que satisfacen las necesidades básicas de las personas actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades, manteniendo el medio ambiente en buen estado. Esto implica un uso eficiente de los recursos, la reducción de residuos y contaminación, y la promoción de estilos de vida que minimicen los impactos ambientales.

En Honduras, este enfoque tiene relevancia en el marco de los compromisos internacionales adquiridos por el país, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, específicamente el ODS 12: Producción y Consumo Responsables.

A nivel normativo, Honduras mantiene la incorporación de principios de sostenibilidad en su legislación ambiental. La Ley General del Ambiente (Decreto 104-93) establece la obligación de proteger los recursos naturales y promueve un modelo de desarrollo que equilibre la actividad económica con la conservación ambiental.

Entre los aspectos más destacados de esta ley se encuentran:

  • La promoción de tecnologías limpias y eficientes.
  • La educación ambiental como herramienta para cambiar patrones de consumo.
  • El fomento al reciclaje y manejo adecuado de residuos.

Sin embargo, los desafíos persisten hasta que se encuentren soluciones adecuadas y mas acertadas en beneficio general. A pesar del marco legal, su aplicación es limitada debido a la falta de recursos, fiscalización y conciencia ciudadana. Por ello, es fundamental fortalecer las políticas públicas, promover alianzas entre sectores y sensibilizar a la población sobre la importancia de adoptar un consumo responsable, asi como a las empresas para que puedan ser aliados en dichos compromisos.

A las empresas les conviene encontrar nuevas soluciones que permitan modelos de consumo y producción sostenibles. Es necesario conocer más a fondo las repercusiones medioambientales y sociales que tienen ciertos productos y servicios, tanto en lo que respecta a su ciclo de vida como al modo en que se ven alterados por su uso en los diferentes estilos de vida.

Las soluciones innovadoras y de diseño facilitan e inspiran a las personas a adoptar estilos de vida más sostenibles, lo que reduce su impacto y mejora su bienestar.

El consumo sostenible no es solo una obligación legal, sino también una responsabilidad ética y social que requiere del compromiso de todos los hondureños para garantizar un futuro más justo, saludable y resiliente.

Francisco Cáceres

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