
La gestión de residuos sólidos en Honduras es un desafío creciente que requiere atención urgente. A diario, toneladas de desechos, desde envoltorios plásticos hasta residuos peligrosos, terminan en vertederos a cielo abierto o en cuerpos de agua, generando impactos negativos en la salud pública y el medio ambiente.
A pesar de la existencia de un marco legal destinado a regular la disposición final de los residuos, la falta de infraestructura adecuada, el escaso cumplimiento normativo y la ausencia de conciencia ciudadana agravan la crisis.
Marco Legal: Normativas Existentes
Honduras cuenta con un amplio espectro de leyes y reglamentos diseñados para promover una gestión ambientalmente responsable de los residuos. Entre las principales normativas destacan:
- Ley General del Ambiente (Decreto 104-93): Establece principios para la conservación del entorno y la gestión de desechos sólidos.
- Reglamento para el Manejo Integral de Residuos Sólidos (Acuerdo 1071-2016): Define directrices para la recolección, tratamiento y disposición final de los desechos.
- Ley para la Gestión Integral de Residuos Sólidos (Decreto 57-2020): Fomenta la reducción, reutilización y reciclaje de residuos y establece sanciones por el incumplimiento de medidas ambientales.
- Convenios Internacionales: Honduras es parte de acuerdos como el Convenio de Basilea, que regula el movimiento transfronterizo de desechos peligrosos.
A pesar de estos marcos legales, el problema radica en la deficiente aplicación de las normativas, la limitada fiscalización y la insuficiente inversión en infraestructura de tratamiento y reciclaje de residuos.
Para mejorar la disposición final de los residuos en Honduras, es fundamental la combinación de políticas públicas eficaces, participación ciudadana y compromiso del sector privado. Es necesario el fortalecimiento de la infraestructura con la Construcción de plantas de tratamiento de residuos y centros de reciclaje a nivel municipal, así como una aplicación efectiva de la ley con Supervisión y sanciones reales para quienes incumplan con las normativas ambientales. Sin dejar de lado la educación con campañas nacionales para sensibilizar a la población sobre la correcta gestión de los residuos.
Honduras aún tiene un largo camino por recorrer en materia de disposición final de residuos, pero con un esfuerzo conjunto entre gobierno, sociedad y empresas, es posible avanzar hacia un país más limpio y sostenible.
Francisco Cáceres