En un mundo donde los recursos naturales son limitados y la demanda de bienes y servicios sigue en aumento, el uso eficiente de materiales, energía y agua se ha convertido en un factor clave para la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico. La optimización en el consumo de estos recursos no solo ayuda a reducir costos y mejorar la competitividad de las empresas, sino que también minimiza el impacto ambiental y contribuye al bienestar de las generaciones futuras.

 

En Honduras, la gestión eficiente de recursos como materiales, energía y agua ha cobrado relevancia significativa, especialmente tras la promulgación de la “Ley para el Uso Racional y Eficiente de la Energía en Honduras (Ley UREE)” en abril de 2024 bajo el Decreto 36-2024 publicado en fecha 24 de julio del 2024. Esta ley tiene como objetivo fomentar el uso responsable de la energía, estableciendo competencias y actividades para la planificación e implementación de la eficiencia energética, así como mecanismos de financiamiento y regulación técnica.

 

Desde nuestra perspectiva como asesores legales, es esencial que podamos apoyar a nuestros clientes para que comprendan y se adapten a las disposiciones de la Ley UREE para garantizar el cumplimiento normativo y aprovechar los beneficios asociados.

Se deben considerar los siguientes aspectos clave:

 

  1. Promoción del Uso Racional y Eficiente de la Energía

 

La Ley UREE establece la promoción de prácticas que optimicen el consumo energético en todos los sectores productivos. Las empresas están obligadas a implementar medidas que reduzcan el consumo de energía, lo que no solo asegura el cumplimiento legal, sino que también puede traducirse en ahorros económicos significativos.

 

  1. Incorporación de la Eficiencia Energética en la Educación Corporativa

 

Se destaca la importancia de la educación en eficiencia energética, indicando que debe integrarse en los planes de estudio en todos los niveles educativos. Para las empresas, esto implica la necesidad de capacitar a su personal en prácticas de uso eficiente de la energía, fomentando una cultura corporativa orientada hacia la sostenibilidad.

 

  1. Planificación Estratégica y Actualización Periódica

 

La Ley UREE requiere la elaboración de un plan estratégico con una proyección de ocho años, revisado y actualizado cada cuatro años. Las empresas deben desarrollar e implementar planes de eficiencia energética alineados con esta directriz, asegurando una adaptación continua a las mejores prácticas y tecnologías disponibles.

 

  1. Regulación y Cumplimiento Técnico

 

La emisión de reglamentos técnicos es una competencia clave de la Ley UREE. Las empresas deben mantenerse informadas sobre las regulaciones específicas que se emitan y adaptar sus operaciones para cumplir con los estándares establecidos, evitando posibles sanciones y mejorando su competitividad en el mercado.

 

  1. Mecanismos de Financiamiento y Fomento

 

La ley contempla mecanismos para el financiamiento y fomento de iniciativas de eficiencia energética. Las empresas pueden acceder a incentivos y programas de apoyo para implementar tecnologías y procesos más eficientes, lo que representa una oportunidad para modernizar sus operaciones con apoyo institucional.

 

  1. Gestión y Sistematización de la Información

 

La sistematización de información en eficiencia energética es vital para el monitoreo y mejora continua. Las empresas deben establecer sistemas de gestión que recopilen y analicen datos sobre el consumo de energía, permitiendo identificar áreas de mejora y evaluar el impacto de las medidas implementadas.

 

  1. Procesos de Verificación y Vigilancia

 

La ley establece procesos de verificación y vigilancia para asegurar el cumplimiento de sus disposiciones. Es fundamental que las empresas realicen auditorías internas y estén preparadas para inspecciones externas, garantizando que sus prácticas se ajusten a los requerimientos legales.

 

En conclusión, la implementación de la Ley para el Uso Racional y Eficiente de la Energía en Honduras representa un avance significativo hacia la sostenibilidad y eficiencia en el uso de recursos. Para las empresas, adaptarse a esta normativa no solo es una obligación legal, sino también una oportunidad para optimizar sus operaciones, reducir costos y mejorar su reputación corporativa. Una asesoría legal adecuada es crucial para navegar este nuevo panorama regulatorio y maximizar los beneficios derivados de una gestión eficiente de materiales, energía y agua.

Francisco Cáceres

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